El hombre de mi vida.

Mayo, 2020.

He permanecido aquí mirando tus ojos. Me complace encontrar mi reflejo en ellos, aunque ya no brillan como antes. Quizá no te esperabas que todo terminara de este modo. Tenías mucha fé en mí. Debo decir que esta noche todo fue maravilloso. No esperaba poder sentirme así de nuevo. Me enseñaste que puedo cambiar mi vida y que todo lo que quiero puede ser posible.

Sé que no habrá reproches después. Aún cuando todo termine aquí entre nosotros, jamás olvidaré todo lo que pasamos juntos. Sé que cuando regrese a visitarte reviviré extasiada este momento.

Al parecer te sorprendió mucho mi confesión, pero creiste que con tus súplicas harías que cambiara de opinión.

Pero las cosas son así. No voy a decir que lo que hice fue por accidente, por error o que alguien más me obligó. Así soy yo, sin poder negar mi adicción y deseando siempre más. Tampoco pude ocultarte el hecho de que tú no fuiste el primero.

Ni serás el último. Siempre fuiste especial. Pero sabemos que nada dura para siempre y es tiempo de que tome mi camino y busque a alguien más que me de satisfacción.

Me ha costado mucho desprenderme de tu cuerpo, perder tu calor y dejar de escuchar tu voz.

No deseo que ésta noche termine. Comprenderás que no debo permitir que me sorprenda el amanecer en este lugar.

Si quiero mantenerlo en secreto debo decir adiós por ahora.

Este rincón entre los árboles es perfecto para nuestros próximos encuentros. Sé que no estarás solo. A pesar de que pocas personas vienen a correr aquí, nadie perturbará tu sueño. Mientras tu carne se desvanece entre gusanos yo estaré lejana, pero atenta. La naturaleza seguirá su curso dejandome el hermoso regalo de tu osamenta. Me recibirá con su sonrisa eterna cuando desenvuelva tu crisálida de tierra y podredumbre. Quizá el próximo mes o tal vez en nuestro aniversario... aún no lo sé.

Guardo tus gritos, la sangre, el placer y la ubicación de este lugar grabados en el mismo espacio de mi memoria.

De regreso en casa tomo una ducha y entro en la cama. Estoy agotada. Sueño contigo y me pregunto si tú puedes soñar también.